viernes, 3 de julio de 2009

Que este mundo no sería mi mundo sin esta Madrugá...

Así es mi vida, marcada siempre por dos Benditas Madrugadas, vivo soñando con una Madrugá de Esperanza y con un Lunes de Madrugá. Tengo esa suerte de haber nacido entre el sentir de una familia rociera y cofrade. Es algo tan cotidiano el llegar a tu casa y ver el cuadro de tu Virgen del Rocío, de ver esa foto del Gran Poder, el tener colgada en tu cabecera tus medallas, el ver un dvd de la Macarena a las cuatro de la tarde con tu hermano, el ir a casa de tu abuela y verle su medalla de pandereta de la Virgen del Rocío colgada...

Es todo tan cotidiano que no nos damos cuenta, cuanta gente no critica todos esos sentimientos, cuantos no hablan mal de la Iglesia, de los que sienten todo esto de verdad, de corazón. Pero, hay algo más... inefable que lo que uno siente al ver a la Blanca Paloma salir el Lunes de Madrugá, al ver a tu Cristo saliendo en Semana Santa, a tu Virgen... esa es la fe, ese es el sentir rociero y cofrade que jamás podré agradecer a mis padres, a mis abuelos, a mis tios... el habermelo inculcado y el haberlo mamado desde que nací.

Cuando veo el Domingo de Ramos a un niño en brazos de su padre mirando con sus ojos llenos de inocencia a Cristo, Nuestro Señor o a la Virgen, Nuestra Madre, pienso que esto es lo más grande que podemos transmitir a nuestros hijos, los jóvenes somos el presente y el futuro de estas tradiciones por las que tanto han trabajado nuestros mayores y para ellos no hay mayor orgullo que ver a sus hijos y a sus nietos sintiendo de verdad y de corazón esa fe rociera y cofrade.

Cofrades y rocieros que ya se fueron, cofrades y rocieros que ya no están y que están contigo en el Cielo para todos ellos que nos han sabido transmitir sus sentimientos cristianos y su fe más profunda, Gracias.

"Que tiene Tu mirar, que tienen esos ojos, que alivian mi pesar, que este mundo no sería mi mundo sin esta Madrugá"

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